martes, mayo 23, 2006

Aparece la imprenta en Cuba

Comentábamos anteriormente que lo primero que surgió como actividad informativa en los inicios de la instauración de la colonia en Cuba, fue un incipiente trabajo archivístico. No existítan bibliotecas, salvo algunas librerías particulares y por ende la labor bibliotecaria era totalmente nula.

La situación de los documentos cubanos en los primeros siglos de la colonia española era desastrosa, fundamentalmente en lo referido a su conservación. El historiador Jacobo de la Pezuela en su Historia de la Isla de Cuba. Madrid, 1868, vol1 p.242 describe que “hasta el fin del gobierno de Ricla, la averiguación de los hechos históricos de Cuba fue difícil y penosa; porque en la isla no había más archivos que los libros y actas de los ayuntamientos y los cuadernos de la antigua escribanía de gobierno de su capital; y aún esa escasa documentación, corroída de gusanos, estaba interrumpida en muchas épocas, habiéndose en gran parte desaparecido después del sitio y toma de La Habana en 1792”.

Ya en el siglo XVIII se notaba en Cuba una incipiente actividad archivística y bibliotecaria, que venía dada principalmente por la creación de algunos archivos en distintas dependencias del gobierno integrados por las ordenanzas del propio gobierno, y por la existencia de escasísimas bibliotecas particulares en manos de los religiosos.

Por otra parte el movimiento editorial de la Isla venía brotando con impresos en otros países de autores cubanos o de temas relacionados con Cuba. La obra bibliográfica de Trelles de los siglos XVII y XVIII, asienta como primer libro de su trabajo, de Juan Aréchaga y Casas, la obra en latín titulada Disertaciones improvisadas sobre temas sacados a la suerte con motivo de cátedras en la Universidad Salmantina, de 1662. Del siglo XVIII enumera alrededor de catorce documentos que constituyen en su mayoría oraciones fúnebres, sermones, o documentos históricos como el publicado por Diego Varona titulado Historia de las invasiones piráticas, especialmente de las de Morgan, de 1668, al cual Trelles reconoce como el primer historiador cubano.

Sin embargo, en este siglo tuvieron lugar varios acontecimientos que marcaron la identidad nacional en el plano editorial y de la enseñanza. Se reconoce la introducción de la imprenta en Cuba, con la prueba del primer impreso en 1723 de la Tarifa general de precios de medicina, editada en La Habana por Carlos Habré.

Con respecto a la introducción de la imprenta existe diversidad de criterios entre los bibliógrafos e historiadores. El propio Trelles coincide con lo consignado por Bachiller y Morales de que la primera producción tipográfica de Cuba es el folleto de González Alamo (reconocido como el primer fisiólogo que hubo en Cuba y uno de los primeros médicos cubanos, enseñó Medicina en el Convento de San Juan de Letrán), impreso en La Habana en 1707, y citado por Beristai, bibliógrafo mexicano. Lamentablemente dicho documento no se ha podido encontrar, su título es Disertación médica sobre que las carnes de cerdo son saludables en la isla de Barlovento. El impreso de la Tarifa general de precios… no aparece asentado en la bibliografía de Trelles de la época. El propio Trelles hace referencia también a la obra del bibliógrafo chileno José Toribio Medina, titulada La imprenta en La Habana (1707-1810), publicada en Santiago de Chile en 1904, que como sus años indican, reconoce al igual que otros bibliógrafos de la época, la aparición de la imprenta en Cuba a inicios del siglo XVIII. Una síntesis cronológica resumida de la obra de Trelles sobre la actividad editorial del siglo XVIII y su relación con la imprenta quedaría como le sigue:


1707: Introducción de la imprenta
1720: Noticias de la introducción de la imprenta
1723: Aparece publicada la Novena del Obispo Valdés en México como si en Cuba no hubiera establecimiento tipográfico
1724: Folleto de Sossa, descubierto por Bachiller y reimpreso en 1732
1735: Abre la imprenta de Francisco de Paula
1735-1760: No se encuentra publicación alguna
1753: No hay talleres tipográficos en La Habana
1760: Se afirma nuevamente la existencia de estos talleres
1791: Se acentúa el movimiento bibliográfico
1799: Se publican cien folletos, la misma cantidad que se produce de 1707 a 1790

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me interesa el tema y desearía tener comunicación con usted, soy periodista en Radio Granma, Manzanillo, Granma. comuniquese conmigo
romotas@rgranma.icrt.cu
yo tengo realizado un libro sobre la historia de la imprenta en Manzanillo y Campechuela, pero necesito contactar con otras personas. Si puede ser, espero.

Unknown dijo...

Me interesa el tema y desearía tener comunicación con usted, soy periodista en Radio Granma, Manzanillo, Granma. comuniquese conmigo
romotas@rgranma.icrt.cu
yo tengo realizado un libro sobre la historia de la imprenta en Manzanillo y Campechuela, pero necesito contactar con otras personas. Si puede ser, espero.