Las instituciones que atesoran los materiales literarios, independientemente del tipo de literatura que sea, son las bibliotecas. Si bien es cierto que estas instituciones milenarias desde la antigüedad han sido depositarias del acervo literario mundial y que hoy en día juegan un papel muy diverso al de hace tan sólo medio siglo atrás, las bibliotecas desarrollan una actividad interna que, a pesar de tener tantos años de labor, no se puede hablar de literatura bibliotecológica hasta la aparición de la ciencia y el inicio de los tratamientos teóricos de lo que hasta el momento había sido actividad bibliotecaria. Valenzuela plantea que el primero en darle nombre a la ciencia de la biblioteca fue el ex benedictino alemán M. Schrettinger, a comienzos del siglo XIX denominándola Bibliothekswissenschaft. Su obra se publica en 1808 y tuvo una segunda edición en 1829. Afirma que su mérito estriba en conferir categoría y estructura científica a lo que hasta entonces era un conjunto de conocimientos sobre la actividad bibliotecaria.
La literatura bibliotecológica no es más que los escritos, ya sean académicos o científicos, sobre bibliotecología. Actualmente las ciencias encargadas del tratamiento informativo, bajo toda una revolución tecnológica que ha creado una incipiente cultura digital --la aparición de la conocida sociedad de la información-- y el nuevo rol que le ha tocado desempeñar al profesional de la información, ha contribuido a la aparición de un marco teórico, conceptual diferente donde las disciplinas informativas inmersas en este nuevo fenómeno han ampliado su universo y esclarecido sus leyes, principios, objetos de estudio, actividades y estructura. Todo eso ha condicionado que ya no sólo se habla de literatura bibliotecológica como aquella referente a la actividad bibliotecaria sino de literatura bibliológico informativa, donde se incluye los escritos de las disciplinas que la componen, estas son: archivología, bibliotecología, bibliografía y ciencia de la información.
La literatura bibliológico informativa es, pues, una literatura especializada en las disciplinas específicas del sistema bibliológico informativo. Dicho sistema ha sido desarrollado en diversos trabajos por el Dr. Emilio Setién y será explicado más adelante. Una de las características de esta literatura, como sucede con gran parte de las ciencias en el mundo moderno, es que se genera fundamentalmente en documentos no publicados, ya sean ponencias, tesis, informes de investigación, etcétera. Existen igualmente revistas especializadas en el tema, muchas de ellas pertenecientes a bibliotecas, asociaciones o grupos profesionales y, en menor cantidad, la producción de libros. La literatura bibliológico informativa constituye la producción escrita como hecho social, no como escritura individual, de temas bibliotecarios, archivísticos, bibliográficos e informativos, que por abarcar estas disciplinas afines, es una literatura muy amplia que ha respondido a las condiciones sociales en que se desarrolla. Como toda literatura es una expresión de la conciencia social y sus rasgos distintivos no pueden ser aislados de ese contexto sociocultural en que se produce.
La primera inquietud que existió por compilar la literatura bibliológico informativa cubana se enmarca en el proyecto para compilar la literatura bibliotecológica latinoamericana formulado en 1947 por
2 En cuanto a las materias, abarcará: bibliología, biblioteconomía y bibliografía bibliotecológica.
Incluirá los trabajos que se publiquen a partir del primero de enero de 1948.
3 Los asientos podrán ser completados con notas descriptivas que no excedan de 40 palabras
4 Los demás aspectos catalográficos se regirán por las normas que acuerde el Comité de Bibliografía Bibliotecológica Latinoamericana, a propuesta de su secretario general”.
No se conocen otros intentos en el plano nacional ni internacional de reanudar estos esfuerzos hasta 1985 en que
Es necesario recordar que las revistas, desde sus orígenes, tuvieron como objetivo difundir los resultados científicos; su impacto se observa con claridad en el propio avance desmedido de las ciencias. La función que han desempeñado estas publicaciones en la ciencia fue tan sorprendente como ahora lo es Internet. De ahí la especial atención que reciben en este trabajo. Pero las ciencias actualmente generan una cantidad de documentos que no se publican y su difusión y uso caracterizan el estado de ellas.
El 57% de la literatura de las ciencias bibliotecológicas en el país, que son resultados científicos, constituían documentos no publicados en aquel entonces. Hoy en día el por ciento es aún mayor, como se podrá apreciar en este trabajo. La compilación y procesamiento de los documentos no publicados, o literatura gris, es una tarea de difícil control, aún con las ventajas que nos aportan las tecnologías de la información. Las ciencias bibliológico-informativas no escapan a este comportamiento generalizado.
El presente estudio surge por la necesidad de compilar la literatura de las diferentes disciplinas informativas en Cuba dado el grado de dispersión en que se encuentra y en virtud del proyecto internacional INFOBILA. Incluye, además de trabajos bibliotecológicos, los correspondientes a otras disciplinas específicas del sistema de conocimientos bibliológico informativos propuestos por Setién y Gorbea:
La investigación hace un recuento histórico de los antecedentes que existieron en la formación y creación de esta literatura desde el siglo xviii y concluye con un estudio bibliométrico del comportamiento cronológico, tipológico y temático, del contenido de las diferentes disciplinas, tomando como punto de partida la información contenida en la base de datos correspondiente al siglo xx.
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