jueves, enero 11, 2007

Los primeros en la historia según Trelles

Nadie es capaz de imaginarse el trabajo sabio que desplegó Carlos Manuel Trelles con sus compilaciones bibliográficas. El sólo hecho de rescatar aquellos primeros documentos que someten a la obligada consulta a la hora de esclarecer y conformar la historia de nuestra cultura e identidad, es un aporte de desmedido talento.

La Biblioteca Histórica Cubana publicada en La Habana en 1926 en tres tomos, incluye un total de 17 000 títulos. Descrita por Manuel Sanguily como un “tesoro de noticias útiles y de preciosas y curiosidades bibliográficas” es inevitable su consulta a toda aquella persona que intente estudiar la historia de la nación cubana. En su tomo tercero, al cual su impresión se le agradece especialmente al Gobernador de Matanzas Dr. Juan Gronlier, describe una serie de elementos admirables e interesantes que de alguna manera intentaré comentar y que se refiere a los primeros en la historia.

De la Universidad de La Habana

Comenta Trelles que en 1670 el Fray Diego Romero intenta dotar a la Habana de una Universidad, preocupándose el ayuntamiento de La Habana en 1688. El primer documento que se publica es la Real Cédula del 23 de septiembre de 1728 donde se aprueba y confirma la erección de la Universidad, tomándose en razón el 16 de diciembre de 1728. En este mismo año Melchor de Sotolongo publica los Estatutos de la Universidad de La Habana y no es hasta 1735 que comienza a funcionar, por lo que la Universidad tuvo sus estatutos 7 años antes de su vida activa.

El 8 de agosto de 1778 aparece un documento con el título “Caso del Bachiller D. Dionisio Matamoros” quejándose de los atropellos del rector y vicerrector, los cuales no le daban la cátedra de Derecho Civil y lo insultaron como “mulato”. Pero todo parece indicar que los estudios de leyes en esa época eran bien censurados, pues el 20 de noviembre de 1784 se prohíbe a la Universidad expedir títulos de abogados a los cubanos y por Real Orden se suprimen los estudios de Derecho.

De los precursores en los cambios y reformas universitarias se encuentran Jose Agustin y Caballero que en octubre de 1795 publica “Necesidad de reformar los estudios universitarios”, siendo su continuante el conocido y eminente Dr. Tomas Romay con su “Nova sint omnia, recidant vetera” en Memoria de la Sociedad Económica, 1823 y que se refiere igualmente a reformas de los estudios universitarios.

En 181’3, varios documentos compilados por Trelles nos muestran una polémica con respecto a la elección del rector, y se establece entre varios doctores que protestaron de nulidad la votación por carecer los religiosos de derechos ciudadanos, así se estableció esta polémica que duro hasta 1821 donde aparece el “Manifiesto sobre la competencia promovida en orden a la controvertida cuestión del Rectorado de la Universidad de La Habana”. Constituye esta la primera polémica universitaria en la historia de las elecciones del rectorado.

En 1895 la Universidad contaba con 58 catedráticos y 700 alumnos.

Del teatro

Trelles recopila varias intervenciones de escritores de la época sobre los primeros teatros cubanos. Así menciona a B. P. Ferrer que decía que no se conocieron hasta 1773 más representaciones teatrales que las que hacían algunos mulatos por pura afición. J.M de la Torre afirmaba que la casa en el callejón de Júztiz fue la primera que sirvió para las representaciones antes de que se construyera el Coliseo o Teatro Principal. Bachiller por su parte coincidía en que las comedias o representaciones primeras se hicieron en una casa particular y algunas otras en el Campo de Marte a las 4 de la tarde. Pezuela declara que solo se representaban obras de Calderón, de Lope o Moreto en domicilios particulares y por aficionados.

Una de las obras que muestra la historia del primer teatro en La Habana es la de Bachiller titulada “Teatro Principal (o del Coliseo)” publicada en 1841 en Cuba y América y en la misma revista en octubre de 1900 aparece un trabajo sobre los “Teatro de La Habana en 1840”.

Entre las figuras representativas que visitaron La Habana estuvieron la actriz Matilde Díaz en 1853; Elisa Rachel en 1855; La Patti en 1856 que Cuba y América publica un artículo “La Patti en la Habana”, en el mismo año de su visita; la Ristori en 1868 que comenta Antonio González Curquejo en Cuba y América de diciembre de 1906; Sara Bernhard en 1882 y Caruso en 1920.

No eran épocas aquellas de libertades por lo que los teatros sufrieron de férreas censuras y prohibiciones de obras. Así Trelles nos muestra dos documentos referidos al tema: el “Índice de las piezas dramáticas permitidas sin atajos ni correcciones” de 1852 y de Vicente Dalama el “Índice general, por orden alfabético, de cuantas obras dramáticas y líricas han sido aprobadas por la Junta de censura y censores de oficio para todos los teatros del reino y ultramar, comprendiendo los años 1850 a 1866”, publicado en 1867.

Y si de primeros se trata, el erudito matancero reconoce a Melchor de las Casas como el primer cómico cubano que tuvo representaciones en España en 1677, Leonor López como la primera actriz cubana que trabajó en 1776 y Francisco Covarrubias como unos de los primeros dramaturgos que representó en el Circo del Campo de Marte en 1793 antes que se construyera el teatro Principal.

De otras cosas más

Trelles incluye en su compilación el primer Plan de Estudios publicado en 1794 redactado por el Prebístero José Calderón y el trabajo de Alfredo M. Aguayo, titulado “Primer plan de estudios hecho en la Isla de Cuba” que aparece en la Escuela Cubana en noviembre 1899 y que se refiere a las ordenanzas para las escuelas gratuitas de La Habana.

Describe en la sección de deportes varios acontecimientos interesantes. Por ejemplo, la pelota se jugó por vez primera en Cuba en Sagua en 1864 y el dato lo refleja Habana Base Ball Club publicado en 1878. El basket ball se juega por vez primera en La Habana en 1907. Las primeras regatas se establecieron en el Havana Yath Club en 1886. En 1512 se hicieron corridas de toros en Santiago de Cuba y lo publica Rodríguez Ferrer en Naturaleza, tomo 2 p 408. Se hicieron unas segundas corridas con la llegada del Adelantado Hernando de Soto en 1538 y de ellas habla el Inca Gracilazo en su obra La Florida. Un libro recomendable en este tema lo constituye el de Bachiller “De la diversión de toros y su historia en Cuba” publicado en 1860.

El Jai alai o pelota vasca se jugaba en La Habana en 1790 y en Matanzas en 1830. Como las corridas de toros eran con discreta continuidad, el torero Mazzantini visitó La Habana y la curiosidad fue que solicitó permiso para construir un frontón en La Habana en abril de 1898. Algo extraño la relación de jai ALAI con corridas de toros pero así son los primeros.


Los cubanos tuvimos igualmente un campeón mundial en billar en 1893, Alfredo de Oro y entre los primeros astrónomos se encuentran Marcos A. Gamboa Riaño (1715), Manuel del Socorro Rodríguez (1800) y nuestro pensador Félix Varela (1814), cualidad del eminente maestro que no es conocida por muchos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos dias,
Acabo de descubrir en su blog una referencia de un libro de Antonio Bachiller y Morales,citado, si entendi bien, por Carlos Trelles en uno de sus libros.
Se trata de "Espectaculos publicos. De la Diversion de los Toros y su Historia en, Cuba.
- Por favor, en que tomo de Trelles se encuentra tal referencia ?
- Esta disponible en la BNJM el trabajo de ByM ?
Muchas gracias, Michel Porcheron.