miércoles, junio 07, 2006

Siglo XX: La Biblioteca Nacional de Cuba

Después de una serie de festejos, homenajes y encuentros por el Día del Bibliotecario el pasado 7 de junio, recordamos cómo a principios del siglo XX uno de los acontecimientos que marcaron la bibliotecología cubana fue la creación de la Biblioteca Nacional de Cuba. ¿Bajo qué circunstacias fue creada esta insigne institución?

La victoria cubana en las guerras independentistas se vio saboteada por la intervención norteamericana. El interés de los Estados Unidos por Cuba, declarado desde los inicios de la colonia, encontró espacios para dictar una serie de medidas que dieron origen a la conocida Enmienda Platt.

Durante diciembre de 1899 hasta mayo de 1902, Leonardo Wood entregó a compañías estadounidenses 223 concesiones para la explotación de los recursos naturales de la isla. Llegó a tal extremo la ambición y necesidad de poder sobre Cuba que el propio presidente norteamericano McKinley tenía más poderes sobre Cuba que en su país. McKinley podía modificar los aranceles cubanos y no podía hacerlo con los de los Estados Unidos por ser esa una facultad del Congreso, lo que trajo consigo la ruina de los productores cubanos independentistas y la pérdida de sus propiedades.

Conjuntamente con la Enmienda Platt en 1901, la instauración de la República el 20 de mayo de 1902 y el Tratado de Reciprocidad Comercial en 1903, fueron los tres acontecimientos que marcaron las nuevas formas, tanto política como económica en la que se basarían las relaciones cubano americanas.

A pesar de todo lo que ocurría en la Isla un grupo de intelectuales y patriotas que habían estado años en el exilio formaron la Junta Organizadora de la Biblioteca y Museo Nacionales de la Isla de Cuba. Existen varios trabajos que han estudiado las causas del surgimiento de la Biblioteca Nacional de Cuba. Aunque existía la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País, que sirvió de núcleo a las Bibliotecas Nacionales en Iberoamérica en su gran mayoría, en 1901 se funda la Biblioteca Nacional de Cuba con carácter independiente. Es su primer director el patriota y bibliógrafo cubano Domingo Figarola Caneda.

Si bien es cierto que el desarrollo económico cada vez más dependiente del mercado norteamericano se profundizaba y se creaban las condiciones de esta dependencia a través de conceptos legales y justificaciones políticas, la aparición de la Biblioteca Nacional de Cuba durante la primera intervención es obra de cubanos preocupados por la cultura que marchaban bien distante de las artimañas norteamericanas y los favores del gobierno.

Mientras el país se convertía cada vez más en una neocolonia americana de casi total dependencia económica, las principales actividades informativas: actividad bibliotecaria, actividad archivística y actividad bibliográfica, se fueron desarrollando paulatinamente condicionadas por el movimiento económico que se iba gestando en la isla. Se conoce que el siglo XIX sobre todo a finales de la centuria, la propia producción editorial en Cuba condujo a un movimiento bibliográfico que se desvinculó del trabajo bibliotecario como tal, igual que sucedió en épocas anteriores en otras latitudes, porque la actividad bibliográfica tiene su propia identidad. Por otra parte las bibliotecas continuaron fomentando técnicas de recuperación y enfatizaron en problemas referentes a los edificios de bibliotecas y el almacenamiento de gran cúmulo de documentos.

No es hasta las décadas del 30 y el 40 del siglo XX que se inicia el tratamiento teórico de los problemas bibliotecológicos en Cuba y esto tiene que ver con dos factores fundamentales: el primero la aparición de las primeras revistas y libros de la especialidad y el segundo los esfuerzos aislados de formación profesional del bibliotecario que respondía al desarrollo de la actividad y este a su vez, se derivaba del progreso y los cambios económicos de la nación. En ambos aspectos las relaciones entre bibliotecarios cubanos y norteamericanos fue fundamental.

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